El cuerpo y las palabras

El cuerpo y los otros responden de forma diferente a los diversos usos de las Palabras.

Las palabras pueden hacer reír, llorar, estremecer, temer, excitar, entristecer, inhibir, angustiar, pueden hacer enfermar. Pero también pueden curar.

Porque no hay duda de la capacidad simbólica de la palabra para afectar lo real del cuerpo y la relación con los otros. 

El psicoanálisis: la cura por la palabra

Desde Freud, el Psicoanálisis ha dado y sigue dando cuenta de ello durante más de un siglo. Otras disciplinas lo intentan también, aunque en la mayoría de los casos con un efecto efímero (sugestión, hipnosis, magia, encantamientos, mitos, etc.) 

Comprobamos que muchas terapias actuales operan con la palabra. Pero, a diferencia del Psicoanálisis, lo hacen siguiendo la vía falsa del adoctrinamiento y la sugestión; vía en la que el terapeuta basa el tratamiento, ignorando el riesgo que se corre al consagrar así la repetición de los síntomas, la inhibición, la angustia y las actuaciones peligrosas del paciente.

El Psicoanálisis (la cura por la palabra) es un tratamiento singular, pues no se mide con la lógica del pensamiento positivista ni con la burocracia de la evaluación normativizada: el punto al que llega cada análisis no puede anticiparse ni estandarizarse. 

Su eficacia

Porque la eficacia del psicoanálisis es fruto del trabajo que —junto a su analista— hace cada analizante con su inconsciente para producir un saber hasta ese momento subsumido y para descubrir las alienaciones a las que está sometido. 

Esa producción y ese descubrimiento le permiten interrogarse respecto al sufrimiento repetitivo que padece, y que sin embargo sostiene. (El psicoanálisis constata que la perpetuación del padecimiento subjetivo es una de las formas de la ignorancia).

Pero al descubrir sus auténticos deseos, el analizante logra asumir la propia responsabilidad y el riesgo de su libertad. Consiguiendo así desembarazarse de la miseria neurótica y aceptando el malestar estructural  humano. 

Puede entonces, cada cual a su manera, soportar lo real de los infortunios sin perder la alegría de vivir.

Artículo de Norberto Ferrer

Este texto forma parte de la introducción del libro: Psicoanálisis: tratamiento eficaz, que recoge las ponencias presentadas en las XXII Jornadas de Clínica Psicoanalitica, en las que participaron psicoanalistas de diversas ciudades e Instituciones españolas.

2 respuestas a «El cuerpo y las palabras»

  1. He buscado en Internet qué diferencias hay entre el psicoanálisis y la psicología. Parece ser que ya el propio Freud se percató de que si con la hipnosis y la sugestión algún paciente se curaba de un síntoma, al poco empezaba a desarrollar otro, tanto o más perturbador.
    Usted dice que a diferencia del psicoanalista el terapeuta consagra el síntoma. ¿Se entiende esto como que todo el esfuerzo está encaminado a eliminarlo sin más, como si el síntoma fuera el resultado de un aprendizaje inconveniente (que implica un ideal de conducta sin conflicto)? Tal como se pensaba antes de que Freud descubriera el inconsciente a partir del síntoma entendido como representaciones significantes de un sujeto que pugnan por aparecer y que el psicoanalista interpreta del decir del analizante.

    1. Gracias por su aportación Manuel. El psicoanalista analiza el síntoma como una formación del inconsciente del analizante; mientras que el afán de un terapeuta (que no sea psicoanalista) es la eliminación del síntoma y las razones conscientes del mismo.

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