Educar, gobernar y psicoanalizar son los tres compromisos que Freud y Lacan consideran imposibles de cumplir, ya que los resultados de las tres actividades nunca serán completamente satisfactorias: siempre hay algo que no se obtendrá ni logrará.
El sujeto humano está estructuralmente en falta, no puede erradicar lo real de sus pulsiones, que no tienen orden ni ley, ni acceder al objeto de deseo.
Educar
La incompletud que caracteriza al sujeto humano no impide al buen maestro intentar la tarea educativa siempre que sepa ser un gestor de incertidumbres, es decir, que pueda tolerar un cierto no saber, tanto acerca de lo que trasmite como sobre la diversidad y complejidad de los deseos de los alumnos y del suyo propio.
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