El mito de la sagrada unidad, es decir, la ilusión o la suposición de hacer Uno con el Otro es el tema del artículo de hoy.
El amor consiste en sentir que el ser
Platón
sagrado late dentro del ser querido
Lacan define al neurótico, al perverso y al psicótico como caras de la estructura normal (en el Seminario IX, inédito: La identificación, número 9 del 13 de junio de 1962):
“… el neurótico, como el perverso, o el psicótico mismo, no son más que caras de la estructura normal. El neurótico es lo normal, mientras que para él, el Otro con mayúscula tiene mucha importancia. El perverso es lo normal, mientras que para él, el Falo —el grande, que identificaremos con ese punto que da toda su consistencia a la pieza central del plano proyectivo—el Falo tiene toda su importancia. Para el psicótico, el cuerpo propio que se distingue en su lugar, en esta estructuración del deseo, el cuerpo propio tiene toda la importancia”.
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